Qué es?

En este blog hablare sobre que son los bovinos y como darles una vida saludable con sus cuidados, alimentación, sus vacunas y mucho más.

 

Alimentación de Bovinos en Pastoreo

Las pasturas y los forrajes siempre han sido y seguirán siendo una fuente importante de alimentación, y de nutrientes, para todos los animales herbívoros en vida libre o explotados a cielo abierto.

Son la fuente de alimentación más barata para cualquier clase de animal de interés para el hombre.

Si bien esto es cierto, las pasturas y los forrajes deben de manejarse, por el hombre, en condiciones que le suministren a los animales suficiente consumo y la mejor nutrición posible.

La calidad de las pasturas y de los forrajes afecta el rendimiento de los animales en pastoreo y, se asume que su calidad debe cubrir las necesidades nutrimentales de los animales para su mejor rendimiento. Dos cosas son importantes en este tema: el consumo del forraje y la calidad del mismo. En ocasiones es más importante el consumo que la calidad misma del forraje, especialmente cuando la calidad es marginal.

El consumo de forraje, en un ambiente pastoril, está influenciado por un número de factores importantes donde se pueden incluir:

  • Especie animal y talla.
  • Comportamiento de pastoreo.
  • Estado fisiológico.
  • Potencial de producción del animal.
  • Calidad del forraje.
  • Disponibilidad del forraje.
  • Factores ambientales.
  • Complementación alimenticia.

La comprensión de estos factores puede ayudar a un mejor entendimiento de las relaciones entre el recurso forrajero a pastorear y la producción animal.

Un pequeño desglose de algunos de estos factores puede ayudar a comprender estos conceptos, si existe más interés en la comprensión de los sistemas de pastoreo y manejo del ganado en pastoreo, consulte la obra de Castañeda y cols.: Alimentación Animal – Manejo de pastizales-, publicado por el SUA y ED de la FMVZ de la UNAM. 2001.








*Especie animal y talla: No todas las especies de herbívoros tienen los mismos hábitos de pastoreo; en el caso particular de los rumiantes, existen diferencias entre bovinos, ovinos y caprinos, inclusive manejados en conjunto. Los bovinos son más pastoreadores que ramoneadores; los ovinos se hallan en una posición intermedia, quizá un poco más pastoreadores y, los caprinos pueden mostrar ambas actitudes, variando éstas de acuerdo con la vegetación existente; esto es, si hay gramíneas, arbustos, leguminosas (tanto de porte bajo como arbóreas), y malezas en general.

También los bovinos y los caprinos pueden cambiar su actitud de consumo dependiendo del sitio vegetativo donde se hallen. La talla es otro factor importante; dependiendo del tamaño del animal y/o su peso, será el consumo. Se considera que los bovinos, en general, pueden consumir el 2.5% de su peso vivo en materia seca. Puede haber una excepción con el ganado lechero en lactación, y dependerá del nivel de producción. Conforme la talla y el peso de los animales desciende, el consumo de materia seca tiende a incrementarse. Una guía para esto, es la sugerencia de Lyons y cols., que se aprecia en el cuadro 1.

Los rumiantes pequeños tienen mayores requerimientos nutricionales, por kilogramo de peso corporal, que los rumiantes mayores; por lo tanto, los rumiantes pequeños son más selectivos en el pastoreo que los rumiantes mayores, para cubrir sus necesidades nutricias. Por lo anterior, rumiantes pequeños como las cabras y los ovinos muestran un comportamiento mixto al pastorear; es decir, desarrollan mucha habilidad para el ramoneo junto con el pastoreo.


*Estado fisiológico. La cantidad de forraje consumido por los rumiantes está controlado por sus necesidades nutricias para mantenimiento y producción. Por ejemplo, los animales en lactación tienen una mayor demanda de nutrientes y de consumo de materia seca que los anima- les que no lo están, incluso a aquellos que están gestantes. Se estima que para el caso de los bovinos, el consumo de materia seca, en la fase de lactancia, puede llegar a ser 35% o 50% mayor que cuando no están en lactación, en anestro o gestantes. La gestación, no parece afectar el consumo de los animales sino hasta el último tercio de la misma. Se manejan dos teorías para explicar esta disminución en el consumo; una, de que el tamaño del feto puede desplazar la capacidad del rumen y, la otra, un incremento de estrógenos durante este período que hace que el consumo disminuya.

Calidad del forraje. Una forma de comprender este concepto, es relacionándolo con su contenido de nutrimentos; de éstos, el contenido de proteína, de energía, de fibra y el contenido de minerales, quizá son los más importantes a tomar en cuenta para calificar a los forrajes. Para que un forraje sea nutritivo debe contener, como mínimo, 9.0% de proteína cruda; 2.0 megacalorías de energía metabolizable, para ejemplificar este concepto. Conforme la calidad del forraje es mejor, la cantidad necesaria de éste, para cubrir la demanda de nutrientes de un animal, disminuye. Sin embargo, no por que el animal haya cubierto sus necesidades nutricias deja de comer para cubrir un determinado rendimiento. Por lo tanto, conforme se incrementa la calidad del forraje, también aumenta su consumo. Trabajos de investigación, han demostrado que el consumo se incrementa cuando la digestibilidad del forraje va de 40 a 80%. Forrajes con elevada calidad se digieren más rápido, permitiendo aumentar el consumo. Cuando disminuye la calidad del forraje, la cantidad de forraje necesario para cubrir la demanda de nutrientes se aumenta. Así mismo, forrajes de baja calidad disminuyen su digestibilidad y su paso a través del tracto gastrointestinal, por lo que disminuye también la capacidad de consumo y se hace más difícil que los animales cubran con sus necesidades de nutrientes.

*Contenido de humedad. Se sabe que el consumo de forrajes con poca materia seca (más de 85% de humedad) decrece el consumo del mismo. También un exceso de humedad en el forraje hace disminuir su digestibilidad y el aprovechamiento de los nutrientes. El contenido de humedad promedio para forrajes de pastoreo oscila entre 5 y 60%. Algunas observaciones al respecto, indican que los forrajes de zonas áridas tienen una mayor cantidad de materia seca (> 60%) que los forrajes de clima templado o de trópico. En la época de lluvia, la cantidad de humedad de los forrajes se incrementa, siendo que los forrajes de climas tropicales y aun de climas templados tengan más humedad que los forrajes de climas áridos.

*Disponibilidad de forraje. Los herbívoros generalmente consumen las partes más apetecibles o nutritivas del forraje; por ejemplo, consumen más fácilmente las hojas que los tallos; consumen más fácilmente las partes frescas y tiernas que las partes secas o viejas o material muerto. La presencia de hojas (índice foliar) es muy importante para mantener el consumo de forraje elevado. La disminución de hojas en el forraje también hace decrecer el consumo voluntario. La disponibilidad de forraje tiene influencia sobre el tamaño del bocado y el tiempo de pastoreo sobre el consumo en general. Conforme disminuye la disponibilidad del forraje, puede disminuir el tamaño del bocado y aumenta el tiempo de pastoreo o consumo. Las características de las plantas a consumir, también tienen influencia sobre el tamaño del bocado y del tiempo de pastoreo; por ejemplo, el tamaño de las hojas (pequeñas vs grandes), la forma de las hojas (globulares o redondas vs lanceoladas), relación hojas:tallos, etc.

Otro factor importante en este sentido, es la composición botánica de la pradera, potrero o pastizal a pastorear; así las leguminosas son más apetecibles que las gramíneas, en general; por lo mismo, las praderas mixtas (de gramíneas y leguminosas) son poco estables si no se controla el pastoreo de los animales.


*Factores ambientales. Las codiciones climáticas tienen un efecto marcado sobre el comportamiento de los animales herbívoros en condiciones de pastoreo. Cada especie animal tiene su propia zona de confort o zona de termoneutralidad. Es decir, cada especie se desarrolló en un ambiente con ciertas características de temperatura y humedad relativa. Así por ejemplo, los bovinos B. Taurus se adaptaron a vivir en ambientes donde la temperatura promedio oscilaba entre los 4 y los 12°C y una humedad relativa mediana (50 – 70%), por lo que ésta será su zona de termoneutralidad; mientras que los bovinos B. Indicus se adaptaron a vivir en ambientes donde la temperatura promedio oscilaba entre los 25 y los 38°C y, una humedad relativa elevada (70 – 90%) y, por lo tanto, ésta será su zona de termoneutralidad. El consumo de los animales no se ve afectado cuando la temperatura ambiental está dentro de esta zona. Cuando las condiciones ambientales se exceden por arriba o por abajo de esta zona, el consumo se ve afectado, siendo más detrimental a temperaturas mayores que a temperaturas menores; aunque, puede haber excepciones, como es el caso de las zonas áridas del norte del país, que en época de invierno las noches son muy frías.



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